Hace algunas semanas, se viralizó una noticia en donde se mencionaba que, durante el año 2024, los bebés derivados diariamente por Tribunales al Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (organismo encargado de proveer, supervisar y otorgar normativa técnica a los dispositivos que ofrecen atención a niños, niñas, jóvenes y adolescentes vulnerados en sus derechos), superaron en promedio a los nacimientos en nuestro país. Recientemente también, se dio a conocer un estudio sobre la alarmante baja en la tasa de natalidad en Chile, en comparación a cifras históricas.
Este escenario, no solo ha puesto -más aún- al límite la capacidad estructural y humana de las residencias y dispositivos de la oferta programática en materia de protección, sino que delata un problema mucho más profundo, respecto a nuestra mentalidad y cultura. En Chile, ciertamente, hemos fallado en materia de políticas públicas, pero sobre todo hemos fallado como sociedad y comunidad, al permitir, perpetuar y ejercer vulneración y maltrato hacia los niños, niñas y adolescentes de nuestro país.
En este contexto, nuestra carrera juega un papel fundamental. Por una parte, la formación entregada a nuestros titulados permite a estos brindar una atención y acompañamiento con altos estándares técnicos y humanos dentro de los programas que otorgan atención a niños, niñas y adolescentes institucionalizados, resguardando sus derechos. El trabajo no puede improvisarse, sino que debe ser realizado por personas con una sólida formación técnica y valórica. Por otro lado, nuestro trabajo permite también formar a futuros agentes de cambio, quienes velarán por sensibilizar y concientizar sobre esta temática tan importante en los distintos espacios en que se desenvuelvan.
Dentro del escenario hostil descrito en un inicio, acompañar a nuestras infancias y a quienes son responsables de la crianza es un compromiso central de nuestra carrera y de las personas que formamos, abogando siempre por una perspectiva de derecho. Con todo lo dicho, seguir trabajando sobre estas temáticas y potenciando los espacios que velan por esta es urgente; en caso contrario, a nadie debiera sorprenderle que en los próximos años las cifras de natalidad y derivaciones de tribunales mencionadas al principio se mantuvieran, o incluso, empeoraran.